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Al considerar una regadera de exterior para su proyecto arquitectónico, necesita asegurarse de utilizar los mejores materiales. No solamente por la calidad de la fabricación sino por la durabilidad de los elementos. Hoy, nos enfocaremos en uno de los materiales más aclamados del diseño en exteriores: el acero inoxidable de grado marino.
Incluso el acero inoxidable común terminará por ceder ante la corrosión en algún momento, y seguro será más pronto que aquel de grado marino. Esto se debe al molibdeno, un mineral que protege el acero y repele el daño causado por el agua.
El acero inoxidable de grado marino contiene alrededor de un 2-3% de molibdeno, y ha sido creado especialmente para resistir en ambientes húmedos y acuáticos.
Es mejor aceptarlo: no podemos luchar contra la madre naturaleza. Pero sí podemos adaptarnos para resistir las inclemencias del clima y los elementos. El viento, la lluvia y el sol causan más daño del que pensamos.
Por suerte, el acero inoxidable de grado marino AISI 316L resiste increíblemente bien ante todos estos elementos, convirtiéndolo en la mejor opción y la apuesta más rentable en el diseño de exteriores.
Este acero no solo es químicamente resistente, sino que es capaz de absorber choques e impactos como ningún otro. Incluso en situaciones de alto riesgo, el acero inoxidable de grado marino se mantiene firme y prístino.
Como bonus, es imprescindible mencionar lo fácil que es de limpiar. Por su naturaleza química, el acero inoxidable AISI 316L resulta noble en su mantenimiento. Bastará con una limpieza intensiva de vez en cuando y pasarle un trapo limpio alguna que otra vez.
Y, ¿mencionamos ya que, debido a sus altos niveles de cromo y níquel, es menos susceptible al óxido? Creímos que debía saberlo.
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